Entramos en la Navidad más ‘chic’ de Carol Asscher en su espectacular casa del exclusivo barrio de Belgravia, en Londres

La Navidad en Londres siempre tiene un encanto especial. Toda la ciudad se llena de luces y bonitos adornos y el aire festivo envuelve a todo el mundo, tanto a los que viven allí como a los que la visitan. Y qué mejor ejemplo de la Navidad londinense que la casa de Carol Asscher, anfitriona de fiestas insuperables, con amigos en todos los rincones del mundo a los que reúne en sus casas de vacaciones de Phuket, Gstaad y Saint-Tropez. El apellido Asscher es conocido en el mundo de los diamantes, ya que su abuelo formaba parte de una dinastía de conocidos empresarios que se dedicaban a ese negocio.

Ahora está feliz y enamorada de Simon de Pury, gran nombre del mundo del arte, con quien vive una historia de amor de película, a caballo entre esta casa y Mónaco. Junto a ellos, en la capital inglesa, también reside Nicolas, el hijo de Carol, que trabaja en la ciudad.

“Cada una de mis casas es diferente, tienen un aire muy distinto. Sin embargo, todas reflejan varias facetas de mi personalidad. En esta no escatimé en mi amor por el rosa y el dorado”

“Me enamoré de la casa al instante, aunque me di cuenta de que necesitaría mucho trabajo para transformarla en un hogar acogedor”, nos cuenta Carol Asscher, que, en sobre estas líneas, posa con su hijo, Nicolas, en el recibidor, decorado en tonos blancos, con una majestuosa escalera con motivos navideños y estrellas —arriba—.©MATTIA BETTINELLI

Su casa, de tres pisos y situada en el barrio de Belgravia, es una de las más estilosas de Londres; la paleta de colores contrasta el rosa empolvado, tan amado por Carol, con los preciosos papeles pintados dorados de De Gournay, el satén y el terciopelo de los dormitorios, las importantes obras de arte y los cuadros, todo con el sello inconfundible de Carol, elegante, sofisticado, glamuroso y alegre.

—¿Cómo encontraste esta casa y qué te enamoró de ella? 

—Fue una amiga mía, Silvia Bruttini, quien me encontró la casa. Me enamoré de ella al instante, aunque me di cuenta de que necesitaría mucho trabajo para transformarla en un hogar acogedor. Cada una de mis casas es diferente y tienen un aire muy distinto. Sin embargo, todas reflejan varias facetas de mi personalidad. En Londres no escati­mé en mi amor por el rosa y el dorado. Tanto a mi hijo como a mí nos gusta recibir a nuestros amigos y queríamos un ambiente cálido y acogedor.

—¿Cuánto tiempo tardaste en reformarla?

—La renovación de la casa llevó más de dos años por la pandemia de la COVID. Pero no dejé que eso me frenara. Con la ayuda de mi amiga y arquitecta de interiores Sandra Cerfontaine, creé un hogar extravagante y acogedor al mismo tiempo. Hemos hecho muchos proyectos juntas, todos diferentes. Ella vive entre Saint-Tropez y Bélgi­ca.

“Con la ayuda de mi amiga y arquitecta de interiores Sandra Cerfontaine, creé un hogar extravagante y acogedor al mismo tiempo”

“Los papeles de las paredes son muy especiales: los del estudio y los del comedor son de De Gournay y los del resto de la casa son de Phillip Jeffries”. En la imagen, el comedor, con una imponente lámpara y una mesa redonda de mármol, dispuesta con vajilla, centros de mesa y decoración floral, en la que no falta su color favorito. Arriba, a la derecha, uno de los cuartos de baño.©MATTIA BETTINELLI

—¿Qué piezas de decoración destacarías en cada una de las estancias?

—En la entrada, el farol, de Garouste et Bone­tti, que encontré en la galería David Gill, y también un cuadro del condominio. Los papeles de la pared son muy especiales: los del estudio y los del comedor son de De Gournay y los del resto de la casa son de Phillip Jeffries. En el salón hay arte de Katharina Grosso, Andy Warhol, George Condo; esculturas de Baselitz, Takuro Kuwata, Barbara Nanning, y un espejo de Garouste et Bonetti, de la galería David Gill. En mi dormitorio hay una lámpara de araña antigua de Venecia; en mi estudio, un cuadro de Yahoi Kusama, y en el dormitorio de mi hijo hay una obra de Kenny Scharf.

—Háblanos de tu pasión por el rosa. 

—Asumo plenamente que mi pasión por el rosa nunca me ha abandonado desde que era pequeña. Y este año, con el éxito mundial de la película Barbie, ha estado más de moda. ¡Mi casa podría albergar el mundo Barbie! Aunque me encanta el rosa, a mi hijo, Nicolas, le apasiona el rojo, como se puede deducir viendo su habitación. Evidentemente, comparto la pasión de Simon por el arte, pero nunca quiero que esté ‘en un pedestal’. Me gusta convivir con el arte de forma sencilla y desenfadada.

“En general, tengo un carácter alegre y jovial. Soy consciente de que soy enormemente privilegiada y estoy inmensamente agradecida por ello”

Sobre estas líneas, Carol Asscher y su hijo junto a la chimenea del salón. Arriba, dos imágenes de la estancia, donde destacan obras de arte como las esculturas de Baselitz, Takuro Kuwata y Barbara Nanning. El espejo (en la imagen superior) es de Garouste et Bonetti, de la galería David Gill, y los cuadros, de Katharina Grosso, Andy Warhol y George Condo.©MATTIA BETTINELLI

—¿Cómo es la Navidad en Londres?

—En diciembre se siente el espíritu navideño en toda la ciudad. Las calles, los restaurantes, las tiendas están decoradas… Tengo debilidad por Harry’s Bar, donde todo en Navidad es rosa.

—¿Cómo vas a pasar las Navidades?

—Siempre celebramos la Navidad en Amanpuri, en Phuket, rodeados de familiares y amigos. Allí hacemos una cena típica francesa: salmón, foie gras, ostras, pavo, pudding, puré de apio, queso con mermelada de frutas del bosque, queso «brie» con trufa negra y ensalada y, de postre, un tronco de Navidad. Me encantan las cenas familiares. Me encanta celebrar esta fiesta con mi familia y amigos y compartir regalos todos juntos. Este año será inusual porque mi exmarido, Alfie; su exmujer Gabi; uno de sus muchos hijos, mi único hijo con Alfie, Nicolas; mi amor, Simon; su hija, Diane, y mis amigos más queridos y sus familias lo celebraremos todos juntos. El nombre de nuestro chat de grupo familiar es Modern family. Todo es amor. Me encanta hacer regalos y celebrar la vida con los amigos y la familia.

“Este año, con el éxito mundial de la película Barbie, el color rosa ha estado más de moda. ¡Mi casa podría albergar el mundo Barbie!”

—¿No prefieres ir a la nieve en estas fechas?

—No recuerdo la última vez que pasé la Navidad en la nieve. Todos los años cele­bro la Navidad en Phuket, Tailandia, en nuestra casa del Amanpuri. Me encanta disfrutar de la playa con mis amigos recordando nuestro hermoso año que se acaba. El sol me da vida. Además, me encanta la cultura tailandesa, la comida, la gente, las sonrisas, su amabilidad… Todo me da alegría.

—Y después de las Navidades, ¿donde irás?

—A Gstaad, para la temporada de esquí. Todos los días esquío desde primera hora de la mañana. Me encanta esquiar. Es liberador, social y un gran ejercicio. Me encanta comer en las pistas bajo el sol con los amigos y mis tardes siempre están ocupadas. Los domingos toca día de descanso y disfruto de una tarde y una noche sanas con mi preciosa perra ‘Luna’.

“Estoy enamorada y compartimos juntos mucha feli­cidad y momentos alegres”, dice sobre su pareja, Simon de Pury, marchante y conservador de arte

“Me encanta hacer regalos y celebrar la vida con los amigos y la familia”, cuenta Carol sobre esta época del año. Arriba, posa en un rincón de su dormitorio rodeada de regalos. En la otra imagen, su vestidor. En las otras fotografías, dos imágenes de su habitación, en tono rosa empolvado.©MATTIA BETTINELLI

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Su historia de amor

—Carol, hay grandes cambios en tu vida. Estás viviendo un momento de felicidad en el amor. 

—Érase una vez... un gran cambio en mi vida desde que conocí a Simon. Estoy enamorada y compartimos juntos mucha felicidad y momentos alegres. Es divertido tener un partner en crime. Es fácil cuando a los dos nos gusta viajar, estar con amigos y socializar. Y, por supuesto, me encanta cómo me mira. Es extraordinario y muy amable. Si eres dos, todo es más fácil. Y nos reímos mucho.

—¿Cómo conociste a Simon de Pury y cómo es vuestra relación?

—Simon de Pury es un importante subastador, marchante y conservador de arte y DJ ocasional. Le conozco desde hace muchos años y hace unos cuatro que empezamos a salir. Vivimos en Mónaco y él viaja mucho por su trabajo. Me gusta acompañarle en sus viajes llenos de arte. Tiene cuatro hijos adultos y una hija de doce años llamada Diane, a la que le encanta venir a Londres los fines de semana y tiene una habitación aquí.

—Tu hijo, Nicolas, vive en esta casa, ¿a qué se dedica? 

—Tiene 24 años y terminó sus estudios empresariales en la Escuela de Negocios Stern de la Universidad de Nueva York el año pasado. Su primer empleo fue en un family office escandinavo en Londres. Viaja mucho y puede combinar su red de contactos con la realización de negocios. Es muy impulsivo y motivado y trabaja muchas horas sin dejar de disfrutar de las muchas oportunidades que una ciudad como Londres puede ofrecer a un joven. Es muy independiente, pero estoy feliz de tenerlo de vuelta en Europa.

“En diciembre se siente el espíritu navideño en toda la ciudad. Las calles, los restaurantes, las tiendas están decorados…”

—Tu carácter es divertido y atractivo. 

—En general tengo un carácter alegre y jovial. Soy consciente de que soy enormemente privilegiada y estoy inmensamente agradecida por ello. Por supuesto que me gusta ayudar a los demás, pero no creo en presumir de obras de caridad y prefiero hacerlo de forma puntual a amigos concretos que lo necesiten. Puedo tener opiniones firmes y asumirlas plenamente.

—A día de hoy, ¿cuáles son tus objetivos y planes para el futuro?

—Me centro en mi familia, mi amor y mis amigos. Aunque no lo parezca, en realidad soy muy práctica en la gestión de mis negocios y presto gran atención a los detalles. Hay muchas cosas que no delego porque quiero tener el control total de mis actividades.

Junto a estas líneas, Carol Asscher a las puertas de su casa, en el barrio de Belgravia, junto a su coche, un modelo clásico en rosa y blanco. Al lado, la entrada a su casa de tres plantas.©MATTIA BETTINELLI

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